5. Conexión De La Revolución Peruana Con La Revolución Argentina

Capitulo V

En el presente capítulo se hablará del proceso que condujo a la independencia del Perú (1821), la trascendencia de la obra del General José de San Martín y otros patriotas argentinos y latinoamericanos, aun a costa de sus vidas, han dejado una condición nacional que puede permitir a todos alcanzar desarrollo y felicidad. Sin embargo, poco se sabe sobre el papel de los patriotas peruanos en la independencia de Argentina, iniciada con la "Revolución de Mayo" de 1810, y que permitió que el proceso liberal avanzara hacia Chile, luego hacia Perú, en lo que se conoce como la Corriente Libertadora del Sur


La peculiaridad del Perú centro de Sudamérica

El 28 de julio de 1821 se juramentó la independencia del Perú en la Plaza Mayor de Lima. Tomás Guido, veterano de la Revolución de mayo de 1810 y testigo de la ceremonia limeña, señala que los vítores del general José de San Martín generaron una fuerza inusitada en la ex capital del estado. Mientras sonaban las campanas y se disparaban los cañones, Guido meditaba en un acto ceremonial, tratando el regreso del virrey La Serna a Lima como algo meramente simbólico. Según Guido, las expediciones encabezadas por San Martín tenían como objetivo principal izar la bandera de la libertad en el corazón de la ciudad más importante de Sudamérica. Intrigados por un ritual, con recuerdos coloniales e inmortalizados en el famoso cuadro de Juan Lepiani, los peruanos celebran el 28 de julio, olvidando el largo y complicado camino hacia la libertad anterior y la continuación en esta mañana invernal de 'Independencia'. mayo de 1819 en Supe, 28 de noviembre de 1820 en Tarma y 29 de diciembre del mismo año, en la administración de Trujillo. Ceremonias patrióticas similares también se realizaron en Piura, Lambayeque, Cajamarca, Chachapoyas, Jaén, Maynas y otros. Además, la rebelión de Tacna (1811), de Huánuco (1812) o la revolución del Cusco de 1814 no fueron mencionadas por San Martín en su manifiesto. Por eso, la suma de esfuerzos individuales y colectivos, que el célebre historiador José Agustín de la Puente Candamo llama un tiempo precursor, no aparece en la instantánea que Lepiani dejó para la posteridad. Porque, a pesar de la admisión pública de San Martín de que si Trujillo no se levanta, la causa peruana está destinada al fracaso, es Lima quien aún monopoliza la imaginación patriótica de corte independentista 


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