Gracias a todo lo anterior, podemos
interpretar que la historia en el siglo XVIII se pudo evidenciar mucha
rivalidad entre naciones en especial las españolas y francesas, la última
liderada por Napoleón Bonaparte quien en todo momento se presentó como una persona
ambiciosa de poder ya que quería invadir a otros territorios de Europa, quien
terminó traicionando a su aliado, España, dominando ciertas regiones del país
en mención. También vamos a encontrar posiciones ideológicas que han
existido y siguen existiendo hasta en la actualidad de nuestro país; entre
ellos dentro de lo que hemos desarrollado encontramos a los separatistas y
reformistas. Había algunos que estaban a favor de la corona de española,
quienes a la vez querían su beneficio propio deseando cambiar algunos aspectos,
exclusivamente en que no se exageren los cobros de los tributos y a la vez
había personas que estaban en contra de España, esto se debe a que buscaban su
independencia, para así distanciarse de la corona española. Para finalizar comprendimos que la guerra de independencia librada a comienzos 1810 en América del Sur requirió ingentes esfuerzos militares y económicos. Los conflictos internos tanto entre los fidelistas como entre los patriotas, así como las dificultades para obtener los recursos necesarios para el sostenimiento de las tropas y el armamento necesario fueron una constante, durante su transcurso, ya que después de 1816 ya finalizando todas las expediciones, la estrategia militar impulsó a esta su realización, que desde Salta y Jujuy avanzara sobre los bastiones realistas del Alto Perú y como un análisis, esto ofrece la posibilidad de aproximarnos a una compleja trama política en la cual es posible observar los diferentes intereses políticos y económicos.
Conclusión
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